La trampa que salió muy mal: sobrerrepresentación era la carta oculta de la oposición
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La sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados se aplica desde 1996. No nos hagamos patos.
Han sido muchos los comentarios de personas que creen que saben de política leyendo nomás Reforma o que creen que saben de política escuchando La mañanera. Están perdidos. Hace falta contexto histórico, conocimiento del sistema político, pero sobre todo no creerse lo que dicen los políticos que nos caen bien o desechar lo que afirman los que nos caen mal.
En 1996 hubo una profunda reforma político electoral en el Estado mexicano. Y entonces vino el impedimento de la Constitución que hace sobre los partidos políticos para que no tengan más del 8% de sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados. Pero desde su incio fue letra muerta.
En 2006 el PAN retuvo la Presidencia de la República, y obtuvo el 35.3% de la votación válida en la elección de la Cámara de Diputados, mientras que los partidos que en ese momento habían respaldado a López Obrador, que eran el PRD, el PT y Convergencia, obtuvieron el 31.2% de votaciones para los diputados. Por su parte el PRI, junto con la rémora Verde, que era entonces su aliado, logró el 29.4% de los votos. Cuando vino el reparto de curules el PAN alcanzó el 41.2% de la composición de la Cámara de Diputados, beneficiándose con una sobrerrepresentación de casi seis puntos porcentuales, el PRI y los aliados en esa misma elección obtuvieron el 24.6% de los legisladores, cayendo en subrepresentación de 4.8%.
En 2012 el PRI, junto con su rémora Verde, ganaron la Presidencia de la República y se llevaron muy buena parte de la Cámara de Diputados, pues recibieron el 40% de los votos válidos en la elección de los diputados pero se llevaron el 48.2% de los asientos, obteniendo una sobrerrepresentación del 8.2%, ligeramente por arriba de lo que la Constitución marca para cada partido. El PAN quedó subrepresentado, pues aunque obtuvo el 26% de los votos sólo le correspondió el 22.8% de los diputados.
PAN y PRI tuvieron todo el tiempo y posibilidades de reformar el texto del Artículo 54 de la Constitución, pero nadaron de a muertito todo ese tiempo porque les beneficiaba su ambiguedad.
Pero llegó el 2018 y Morena arrasa, y por supuesto que el nuevo partido oficial se aprovechó de la ambiguedad del Artículo 54, pues a pesar de haber obtenido el 45.2% de los votos válidos para diputados alcanzaron el 61.6% de los asientos en la Cámara de Diputados, alcanzando una sobrerrepresentación inconstitucional del 16.4%. La alianza del PRI, el Verde y el Panal obtuvo en ese momento 24.8% de los votos válidos para diputados, pero se quedaron con una subrepresentación del 12.2%.
Hoy Morena pretende quedarse con una sobrerrepresentación del 20% de los escaños en juego, y ese perverso jugueteo va a mantenerse por los siglos de los siglos hasta que no se reforme el artículo 54 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Era importante hacer todo este recuento histórico, político y numérico para llegar a esta conclusión: todos los partidos políticos de México son unos hipócritas.
PRI y PAN se están quejando en este momento de que Morena está haciendo exactamente lo mismo que ellos hicieron.
Tuvieron la oportunidad de meter dos palabritas en el Artículo 54 en 2012 y en 2015, pero se hicieron patos por conveniencia.
Esa es la calidad de políticos que tenemos en este momento en México, y seguimos navegando con una Constitución parchada por todos lados y unas leyes electorales que permiten abiertamente contradecir la Carta Magna.
Suena a política platanera.
Sin duda que es urgente una reforma electoral, porque el sistema político mexicano hoy está construido para crear políticos gordos y llenos de dinero. Urge impedir este tipo de de trinquetes y de trampas. Urge elevar la calidad de la política mexicana.
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