Reseña - Han Solo

Capitán Pada y sus Monitos

Este contenido incluye spoilers @eseauto elinstadepada Me pone triste el pobre desempeño que tuvo la película “Solo” en taquilla. Si bien no hay, por el momento, una línea de juguetes que la acompañe, tampoco diría que no se le hizo el ruido suficiente. Posiblemente, la polémica “The Last Jedi” sí dañó a la franquicia, y el público quiso desintoxicarse de la saga. Porque no es que “Solo” sea mala, es que simplemente la gente no la está viendo. Porque una vez que la ves, no puedes evitar disfrutarla. Y es irónico, pues “Han Solo” me parece la película ideal para regresar a aquellos que decidieron bajarse del barco de Star Wars en Episodio VIII, o inclusive, aquellos que lo hicieron desde el VII. El destino, o La Fuerza, quisieron que al final, el proyecto recayera en Ron Howard, un director clasicote cuyo estilo le vino muy bien a la cinta, para convencernos de que sí, estabamos viendo una aventura previa que ocurre hace muchos años, en una galaxia muy lejana. Recordemos como en Episodio I, y por el exceso de tecnología, lo que en teoría era viejo, se veía muy nuevo, mientras que en “Solo”, a través de la fotografía, los filtros, los encuadres y en general, el cuidado de la imagen, pues, nos lleva a un tiempo específico. El otro trabajo le correspondía a los actores, y si bien, hay momentos en los que pareciera que a Alden Ehrenreich se le sale el rol de las manos, también es cierto que hay otros en los que no nos hace dudar que estudió, y bien, los ademanes, poses y gestos que hicieron que la interpretación de Harrison Ford lo convirtiera en un personaje adorable. No tanto así lo consigue Donald Glover. Sale bien librado, pero los errores posiblemente no sean su culpa. Faltó más dibujo de Lando y de qué es lo que lo hace diferente a Solo, ya que terminamos por ver a dos cínicos en pantalla, cuyas personalidades chocan. Para disfrutar de “Han Solo” hay que ser inocentes. Y dejarnos creer que todos aquellos elementos icónicos de la figura le ocurrieron en ésta, una sola aventura. Le compro casi todas: desde cómo consiguió el Halcón Milenario ( y cómo éste obtiene su apariencia característica) hasta cómo conoce a Chewbacca. Le reclamo el origen de su nombre, que era completamente innecesario y es de los absurdos, el mayor. Pero también le aplaudo el sútil, muy sútil pasaje en el cual nos damos cuenta de que, aún en aquél entonces, Han disparó primero, cuando tiene el encuentro final con Beckett. Les confieso que, durante la escena del tren, pensé que así como el vehículo en la pantalla, la película se iba a descarrilar, pues mi cerebro no dejaba de compararla con Guardianes de la Galaxia, con todo y el animal chistoso y la banda de inadaptados. Situación que resultaba hasta irónica, ya que, ¿que no es Star-Lord sino un personaje nacido del espíritu de Indiana Jones y Han Solo ? Afortunadamente, la película se endereza y nos ofrece una aventura, con todo y el sorpresivo cameo, que no sólo complace a los viejos fans, sino que le hace una invitación a los nuevos, para que, si gustan, también seguir éste camino. Y es que las puertas que abren tanto la aparición de Darth Maul como la situación en la cual dejamos a Qi'ra, nos hacen pensar que se está creando otra trama lista para continuar por éste camino, al terminar el Episodio IX. A menos que con las recientes noticias no oficiales sobre un freno de mano para decidir hacia dónde se van a ir los planes de las siguientes películas, desaparezcan por completo éstos planes. Puertas, sí. O mejor dicho: túneles de escape. Para aquellos que se bajaron del barco de la saga principal, “Solo” les pide que tomen la salida de la derecha, pues lo que hay por ese camino, les va a gustar. Si quieres conocer los easter eggs de “Solo”, escucha esta reseña en formato podcast.